Cuatro niños murieron este miércoles y tres resultaron heridos en un ataque a una guardería en la ciudad de Blumenau, en el sur de Brasil, según informó el Cuerpo de Bomberos.
Este hombre de 25 años invadió la guardería Cantinho Bom Pastor con una arma blanca, atacó a los menores y después se entregó a las autoridades, la Policía Militar, citada por medios locales.
Esta masacre se produce diez días después de otro que tuvo lugar en un colegio de Sao Paulo, donde un adolescente de 13 años mató a cuchilladas a una profesora e hirió a otras cuatro personas.
Por otra parte la agresión tuvo lugar alrededor de las 09.00 hora local. Las unidades de los bomberos y la Policía han acudido al lugar de los hechos para atender esta terrible emergencia.
“Fueron confirmados cuatro menores fallecidos y tres fueron trasladados al hospital”, indicó el Cuerpo de Bomberos, que informó de que “otros órganos de seguridad pública” también están actuando en la zona para investigar el episodio.
Las víctimas son tres niños y una niña, tienen entre 5 y 7 años, según Folha de S.Paulo. Además, en ese diario contaron que el hombre llegó en una moto, saltó la pared, se dirigió aleatoriamente a quien atacar.
Por consiguiente, se decretaron tres días de luto en el estado de Santa Catarina, y todavía no se conoce si hay un vínculo entre el hombre y la institución.
Hasta ahora, se desconoce el estado de salud de los heridos, aunque la prensa local señala que hay al menos un niño con un cuadro clínico grave.
Presidente condeno al hombre por la masacre
El presidente Luiz Inácio Lula da Silva condenó “la monstruosidad” ocurrida: “No hay dolor mayor que el de una familia que pierde a sus hijos o nietos, aún más en un acto de violencia contra niños inocentes e indefensos”, escribió en un mensaje en Twitter.
Además, el gobernador de Santa Catarina, Jorginho Mello, indicó en una nota que activó “inmediatamente” la acción de las fuerzas de seguridad, que aún trabajan en el lugar, y decretó tres días de luto oficial.
Tragedias repetidas
Los ataques en escuelas se incrementaron en los últimos años en Brasil.
En estos últimos meses se han venido repitiendo agresiones similares en otros centros educativos de Brasil, un país que hasta hace poco no estaba acostumbrado a estos actos violentos.
Además del ataque de hace diez días, el pasado 25 de noviembre un adolescente de 16 años mató a tiros a cuatro personas en dos ataques sucesivos a dos escuelas cercanas en Aracruz, en el estado de Espíritu Santo (sureste).
Dos meses antes, un hombre armado con un revólver y dos cuchillos invadió una escuela cívico-militar y mató a una estudiante con discapacidad, en el estado de Bahía (noreste).
El más reciente fue el 27 de marzo último: un adolescente de 13 años enmascarado mató con un cuchillo a una profesora e hirió a cinco personas, en una escuela en Sao Paulo. Otras docentes lograron desarmarlo y evitar más muertes.
Después de todo desató un debate sobre la seguridad en las escuelas, aunque todavía no se han definido medidas concretas en el estado.
En 2019, dos antiguos estudiantes mataron con un arma de fuego a ocho personas en una escuela de secundaria en Suzano, a las afueras de Sao Paulo, y después se suicidaron.
El ataque mortal registrado en Brasil se produjo en 2011, cuando 12 niños murieron cuando un hombre abrió fuego en su antigua escuela infantil en Realengo, un suburbio en Rio de Janeiro, antes de quitarse la vida.
FUENTE: EL TIEMPO – EL ESPECTADOR