González, diseñadora de modas fue acusada de enviar ilegalmente bolsos elaborados con pieles de babillas, caimanes, serpientes y otras especies protegidas.
El gobierno del presidente Gustavo Petro avaló la extradición hacia los Estados Unidos para la reconocida diseñadora de moda Nancy González, quien fue acusada de usar pieles animales para el diseño de sus carteras y prendas de vestir.
La decisión se da apenas un mes después de que la Corte Suprema de Justicia entregará su concepto favorable para enviar a González a celdas estadounidenses.
González, es requerida por el Distrito Sur de Florida tras, presuntamente, haber ingresado a ese país diversos productos de moda como carteras y bolsos elaborados con pieles de babillas, caimanes, serpientes, entre otras especies silvestres.
Estos envíos, según la justicia de EE.UU, se habrían hecho de manera ilegal, saltándose los protocolos de las autoridades sanitarias y la reglamentación internacional sobre especies amenazadas de fauna silvestre.
Nancy González saltó de la Semana de la Moda en Nueva York a una cárcel extranjera.
Con el visto bueno del presidente Gustavo Petro, González podrá ser enviada hacia el Estado de Florida, Estados Unidos, en cualquier momento.
Decisión tomada
Esto se da tras el requerimiento de la Corte para el Distrito Sur de Florida, por presuntamente haber ingresado diversos productos de moda como carteras y bolsos elaborados con pieles de babillas, caimanes, serpientes, entre otras especies silvestres y protegidas.
Sin embargo, las capturas que se dieron en Cali comprometen a Nancy Teresa González de Barberi, propietaria de la empresa CI Diseño y Moda International S.A.S.; Diego Mauricio Rodríguez Giraldo, quien sería el trabajador de confianza de la dueña de la citada compañía; y Jhon Camilo Aguilar Jaramillo, señalado de las maniobras comerciales.
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Durante la investigación se estableció que los capturados contactaron a ciudadanos en Valle del Cauca, al parecer, los convencían de viajar a Estados Unidos para que llevaran los artículos. Los viajeros, presuntamente, recibían tiquetes aéreos y 600 dólares para su manutención.
En la estrategia de los envíos, se planteaba que ante cualquier pregunta de las autoridades nacionales o internacionales debían señalar que se trataban de obsequios para familiares o amigos. No obstante, en realidad el destino final de los productos eran tiendas lujosas y exposiciones reconocidas internacionalmente como la Semana de la Moda de Nueva York.
Cabe aclarar que, estos envíos son considerados delito en los Estados Unidos, debido a que eran enviados sin los permisos de las autoridades ambientales y evadiendo la reglamentación internacional sobre especies amenazadas de fauna silvestre.
Prestigiosa fachada de González
En el año de 1998, González arrancó en Estados Unidos con la empresa que lleva su nombre y que creó junto a su hijo Santiago Barberi González, quien murió en extrañas circunstancias en 2017. 24 años después, esta economista logró posicionar sus productos codo a codo junto a otras reconocidas marcas como Louis Vuitton, Chanel o Hermès en los mostradores de moda más exclusivos del mundo.
¿Cómo lo hizo?
Antes de llegar al mercado internacional, González creó en los años ochenta en Cali una empresa que llamó Encueros, en la que vendía cinturones de cuero de becerro, y luego experimentó con piel de cocodrilo. La empresa tuvo tanta acogida que abrió nueve almacenes en Bogotá, Cartagena y Barranquilla. La demanda y éxito fue tal que estos llegaron a Nueva York, su ventana internacional para potenciar sus productos.
Mediante una de sus clientas, González logró una reunión con las directivas de la lujosa tienda de moda Bergdorf Goodman, que tiene sede en Manhattan. Esta cita fue decisiva para su éxito, pues las directivas de la tienda se fascinaron con las dos carteras que les llevó y ella se comprometió a llevar ocho carteras adicionales en cinco colores.
Nancy González pudo dar el salto a la fama, pues en mayo del año 1998 directivos y especialistas de Bergdorf Goodman le pidieron exclusividad para vender sus productos en Manhattan y le pidieron que utilizara su nombre para identificar la marca. Así, la diseñadora colombiana llegó a ser invitada de lujo a la Semana de la Moda de Nueva York, pero pasados 24 años del inicio de este éxito, se cayó la fachada que tenía su marca.