Investigadores de la misión japonesa Hayabusa2 encontraron moléculas orgánicas en muestras recolectadas del asteroide Ryugu, que está cerca a la Tierra.
Ryugu es un asteroide rico en carbono con forma de diamante que mide alrededor de 1 kilómetro de ancho. Hayabusa2 fue la primera misión en devolver una muestra del subsuelo de un asteroide a la Tierra.
¿Cómo un puñado de moléculas se organizan para dar lugar algo vivo en un mundo inerte? El origen de la vida o abiogénesis es un campo de investigación lleno de hipótesis que, en todos los casos, miran al espacio. Unas con más poesía que otras.
Desde la básica idea popularizada por Carl Sagan, que señala que somos “polvo de estrellas”, pues nuestros ingredientes químicos nacieron de viejos astros muertos; hasta la hipótesis de que las moléculas más complejas precursoras de la vida llegaron a la Tierra cabalgando a lomos de asteroides y meteoritos, que cayeron en nuestro planeta, por ejemplo, en formas muy primitivas de ARN o de sus ladrillos.
Que llegase una letra de ARN de un asteroide no implica que su llegada fuera imprescindible
El astrobiólogo César Ángel Menor Salvan (UAH) es más crítico en el SMC de España. “Confirmar la presencia de moléculas como uracilo en asteroides del tipo de Ryugu no responde a cuestiones esenciales sobre el origen de la vida”, asegura. “Tampoco que el aporte de materia orgánica desde el espacio fuera necesario para el origen de la vida en la Tierra“. Y mucho menos apoya la hipótesis de la panspermia, ni siquiera que “sus componentes tuvieron que venir del espacio”.
Pone un ejemplo: por el hecho de que se bajen personas de un avión, no todas las personas que viven en la ciudad han llegado en avión. Ni los aviones son necesarios para crear ciudades. Por supuesto, podría haber un lugar en el que todas las personas hayan llegado en avión, pero eso no aclararía cómo se poblaron las primeras ciudades.
Y, sin embargo, de esta ausencia de evidencia sobre la panspermia surge lo que le parece más interesante del trabajo de Oba. Puesto que su trabajo y otros demuestran que no es tan difícil que se formasen primitivísimos ladrillos para la vida en múltiples lugares, la Tierra no iba a ser una excepción. “Tendría capacidad de sobra para generarlos”. Pero sólo aquí se dieron otras condiciones que no hubo en nuestro vecindario planetario, que sepamos.
Por consiguiente, estos descubrimientos son una importante contribución a nuestra comprensión del origen de la vida humana.
Desde hace mucho tiempo, los científicos han estado buscando respuestas a la pregunta de cómo surgió la vida en la Tierra.
La teoría más aceptada es que la vida se originó a partir de moléculas orgánicas simples que se combinaron en condiciones favorables, como la presencia de agua y la energía del sol.
Sin embargo, el origen de esas moléculas orgánicas ha sido objeto de debate.
A finales de 2020 lo que sí cayó en la Tierra fue la cápsula de retorno de la Misión Hayabusa2, que se estrelló sobre el desierto meridional de Australia con el preciado muestreo extraterrestre analizado ahora por Oba. En su interior, dos cápsulas selladas, a prueba de radiación y del extremo calor de la reentrada en la atmósfera de esa nave. En su interior, el material más extraterrestre, prístino y antiguo al que los humanos jamás hemos podido acceder. Un trocito de 5 gramos y medio de un asteroide que está a 300 millones de kilómetros, y en cuyo interior había esos restos de letras de ADN, ARN y vitamina B3.
La presencia de uracilo y niacina en el asteroide Ryugu proporciona una pista interesante sobre el origen de estas moléculas.
El uracilo es uno de los componentes básicos del ácido ribonucleico (ARN), que es una molécula clave para la vida.
Por otro lado, la niacina es una vitamina B esencial para el metabolismo humano. El hecho de que se hayan encontrado estas moléculas en un asteroide sugiere que pueden tener un origen extraterrestre y que podrían haber llegado a la Tierra a través de meteoritos.
Los científicos también encontraron otras moléculas orgánicas, como el ácido fórmico, el ácido acético y el ácido cianhídrico, que son importantes para la síntesis de moléculas más complejas. Estas moléculas podrían haber proporcionado los bloques de construcción necesarios para la aparición de la vida en la Tierra.
Por supuesto, hay muchas preguntas sin respuesta sobre el origen de la vida. Aunque estos hallazgos son emocionantes, no proporcionan una respuesta definitiva sobre cómo surgió la vida en la Tierra. Sin embargo, sí sugieren que es posible que las moléculas orgánicas necesarias para la vida hayan llegado a la Tierra a través de meteoritos.
Esto es importante porque podría significar que la vida no es un fenómeno único de la Tierra, sino que podría existir en otros planetas y lunas del sistema solar.
En resumen, el hallazgo de vitamina B3 y uracilo en un asteroide proporciona nuevas pistas sobre el origen de la vida humana en la Tierra. Estos hallazgos sugieren que las moléculas orgánicas necesarias para la vida podrían tener un origen extraterrestre y podrían haber llegado a la Tierra a través de meteoritos.
Si bien estos hallazgos no proporcionan una respuesta definitiva sobre el origen de la vida, sí son una importante contribución a nuestra comprensión del tema y podrían tener implicaciones importantes para la búsqueda de vida en otros planetas y lunas del sistema solar.
Por lo tanto, es importante seguir investigando y estudiando la composición de los asteroides y otros objetos del sistema solar en busca de pistas sobre el origen de la vida.
Estudios adicionales de la composición del asteroide:
Las concentraciones de las moléculas en las dos muestras fueron diferentes, pero eso probablemente se deba a la exposición al duro entorno del espacio. Es posible que Ryugu haya sido alguna vez parte de un cuerpo celeste más grande, como un cometa, antes de que se rompiera en pedazos por las colisiones con otros objetos espaciales.
“No hay duda de que se han proporcionado a la Tierra moléculas biológicamente importantes, como aminoácidos y nucleobase(s) en asteroides/meteoritos”, dijo Oba. “En particular, esperamos que puedan desempeñar un papel en la evolución prebiótica en la Tierra primitiva”.
También es posible que, cuando las rocas espaciales se estrellaron contra otros planetas de nuestro sistema solar, podrían haber llevado algunos de los mismos componentes básicos de la vida.
“No puedo decir que la presencia de tales ingredientes conduzca directamente a la aparición/presencia de vida extraterrestre, pero al menos sus componentes, como los aminoácidos y las nucleobases, pueden estar presentes en todas partes del espacio”, dijo Oba.
Ahora, los investigadores quieren saber qué tan comunes son estas moléculas en los asteroides. Afortunadamente, una muestra de otro asteroide llamado Bennu será enviada a la Tierra en septiembre por una nave exploradora de regolito con capacidad de interpretación espectral y de orígenes, identificación de recursos y seguridad, OSIRIS-REx, de la NASA.
“El descubrimiento de uracilo en las muestras de Ryugu da fuerza a las teorías actuales sobre el origen de las nucleobases en la Tierra primitiva”, dijo Oba. “La misión OSIRIS-REx de la NASA devolverá muestras del asteroide Bennu este año, y un estudio comparativo de la composición de estos asteroides proporcionará más datos para desarrollar estas teorías”.