El debate sobre el salario mínimo en Colombia para 2026 ya comenzó a tomar fuerza, luego de que el Departamento Administrativo Nacional de Estadística (Dane) publicara la cifra clave que servirá de referencia en la negociación.
De acuerdo con el informe, el Índice de Precios al Consumidor (IPC) en septiembre de 2025 registró una variación anual de 5,18 %, lo que marca la pauta para la discusión entre el Gobierno, los empresarios y las centrales sindicales.
Este porcentaje se convierte en el punto de partida para proyectar el ajuste salarial del próximo año, un tema que impactará de manera directa a más de 11 millones de trabajadores formales y también al conjunto de la economía nacional.
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El punto de partida: inflación y productividad

En Colombia, la fórmula para calcular el incremento del salario mínimo combina el dato de inflación con un componente adicional asociado a la productividad laboral. Este segundo elemento, que suele ubicarse entre dos y tres puntos porcentuales, es el que genera mayor discusión en las mesas de concertación.
Si se parte únicamente del IPC revelado por el Dane (5,18 %), el aumento proyectado sería de $73.734 sobre el salario base actual de $1.423.500 (sin auxilio de transporte). De esta manera, el salario mínimo mensual se ubicaría en $1.497.234 para 2026.
Este escenario es considerado el más conservador, pues solo compensa la pérdida de poder adquisitivo de los hogares frente al incremento de los precios.
Escenarios con puntos adicionales de productividad
- Inflación más 2 puntos de productividad:
En este caso, el aumento alcanzaría el 7,18 %, lo que se traduce en $102.388 adicionales. Así, el salario mínimo pasaría a $1.525.888. - Inflación más 3 puntos de productividad:
Bajo este escenario, el ajuste llegaría al 8,18 %, equivalente a $116.421. Con ello, el salario mínimo se ubicaría en $1.539.921 para 2026.
Estos cálculos muestran la magnitud de la negociación y cómo la inclusión de la productividad puede cambiar significativamente el resultado final.
La mesa de concertación: Gobierno, sindicatos y empresarios
El incremento salarial no se define de manera unilateral. La discusión se da en la Comisión Permanente de Políticas Salariales y Laborales, en la que participan el Gobierno, representantes de los gremios y las centrales obreras.
El ministro del Trabajo, Antonio Sanguino, afirmó recientemente que el objetivo es “proteger el poder adquisitivo de los trabajadores y garantizar un aumento en sintonía con el comportamiento de la inflación y la productividad”. Además, destacó la importancia del diálogo tripartito como mecanismo para evitar choques en el empleo y la estabilidad de las empresas.
Desde el sector empresarial, el presidente de Fenalco, Jaime Cabal, advirtió que un incremento demasiado elevado podría estimular la informalidad laboral y desincentivar nuevas contrataciones. Su postura es mantener el ajuste en un rango moderado, evitando presiones adicionales sobre los costos de operación de las compañías.
Perspectiva de las pymes y el sector productivo
La Asociación Colombiana de Pequeñas y Medianas Empresas (Acopi) planteó una posición intermedia. Voceros del gremio manifestaron que los negocios más pequeños requieren un incremento “compatible con su capacidad real”, señalando que un alza superior al 8 % pondría en riesgo su sostenibilidad y podría generar cierres o despidos. Por ello, Acopi propone un ajuste cercano al 6,5 %.
La visión del Ministerio de Hacienda y del sector financiero
El ministro de Hacienda, Germán Ávila, confirmó que el Gobierno buscará un aumento por encima del dato de inflación, aunque advirtió que la productividad nacional no ha mostrado grandes avances en los últimos años. En su concepto, el rango más equilibrado estaría cerca del 7 %, lo que permitiría proteger los ingresos de los trabajadores sin desbordar los costos empresariales.
En la misma línea, el Banco de Bogotá alertó que un aumento desproporcionado podría trasladarse a la inflación y encarecer bienes y servicios indexados al salario mínimo, como matrículas escolares, multas, tarifas oficiales y créditos.

Un debate que definirá el rumbo económico del 2026
La negociación del salario mínimo en Colombia siempre genera expectativa, pero para 2026 cobra especial relevancia por el contexto de desaceleración económica y la necesidad de mantener un equilibrio entre protección social y sostenibilidad empresarial.
Los escenarios sobre la mesa muestran incrementos que oscilan entre el 5,18 % y el 8,18 %, dependiendo de cómo se incluya la productividad en la fórmula final. La decisión, que se tomará a finales de 2025, marcará el ingreso de millones de hogares y definirá también la capacidad de las empresas para enfrentar el nuevo año.
Fuente: Infobae

