La tarde del 17 de agosto se vivió un episodio que dejó a Colombia en estado de alerta. El Servicio Geológico Colombiano (SGC) reportó un sismo con una magnitud de 6.1, con epicentro en El Calvario, Meta. A pesar de la distancia, Bogotá y otras zonas de la región andina, incluyendo Medellín y Bucaramanga, sintieron la sacudida. Lo que inicialmente fue un solo evento, pronto se convirtió en una serie de movimientos telúricos, pues a los 15 minutos del principal, se presentó una réplica con una magnitud de 5.6.
A raíz de los sismos, las autoridades instaron a la población a evacuar y buscar refugio en zonas seguras, anticipándose a posibles réplicas adicionales. Se ha emitido un llamado de precaución, especialmente después de que se registraran más movimientos sísmicos en tan corto lapso.
El primer temblor tuvo lugar aproximadamente a las 12:04 p.m., con una profundidad menor a 30 kilómetros. Los efectos del sismo se extendieron por varios departamentos del país, llegando incluso hasta Popayán y Mocoa. De manera casi simultánea, otro movimiento de 5.6 en la escala de Richter sacudió la región.
La Unidad Nacional para la Gestión de Riesgos y Desastres (UNGRD) está en proceso de evaluación de los daños. Aunque no se reportan víctimas fatales, hay indicios de personas que quedaron atrapadas en ascensores en Bogotá, y edificaciones con daños menores, incluyendo el edificio de la Alcaldía Local de Teusaquillo.
En medio de la incertidumbre, la alcaldesa Claudia López tranquilizó a los bogotanos a través de un mensaje en Twitter: “Al parecer cesaron las réplicas. No hubo ninguna afectación a las redes de servicios públicos ni a servicios esenciales. Al momento solo unas 10 edificaciones han solicitado valoraciones por afectaciones, pero todas menores”.
No obstante, en Cundinamarca, el gobernador Nicolás García confirmó daños en edificaciones, con especial énfasis en el municipio de Gachalá, donde se reportó la caída de techos y la estructura de la edificación Corpoguavio. La iglesia principal sufrió el derrumbe de su cúpula y cruz central. También en el municipio de Medina, se notificaron estructuras con agrietamiento. En La Calera, se atiende a la población afectada por ataques de pánico y en Guayabetal se reportan daños menores en viviendas.
La situación mantiene a las autoridades en alerta y en constante monitoreo. Por ahora, se hace un llamado a mantener la calma y seguir las recomendaciones de seguridad, especialmente ante posibles réplicas.