Increíblemente Lebron pasó de vivir en la calle a ser el Rey de la NBA, considerado por muchos como “El mejor de la historia”.
La increíble historia de LeBron Raymone James Sr, inicia desde su dura y hostil infancia, la cual vivió en la calle ya que junto con su mamá vivían en condiciones de pobreza extrema, sin embargo esto nunca fue un impedimento para que el pequeño LeBron cumpliera sus sueños y llegara al estrellato.
Su mamá “Gloria” lo tuvo a los 16 años de edad, siendo un embarazo no deseado, el cual tuvo que soportar ella sola, razón por la cual LeBron nunca conoció a su papá.
El pequeño Lebron tuvo que soportar durante su infancia un constante cambio de hogar ya que su mamá nunca tuvo un trabajo estable, llegó incluso a mudarse de hogar 11 veces en menos de 3 años, pasando de casa en casa sin un hogar estable.
El pequeño LeBron a sus 9 años, ya había pasado 6 años sin conocer lo que era vivir en una casa junto a su mamá, quien pasaba la mayor parte del tiempo fuera buscando dinero para poder comer.

El pequeño niño que para ese entonces iba en cuarto grado de primaria en el colegio, se encontraba sumamente inestable, razón por la cual ni siquiera acudia a clases, pero por suerte para él, aquí encontraría a su aclamado “Ángel guardián”, que le cambiaría la vida.
Se trataría de Frank Walker, el padre de uno de sus compañeros de la escuela, quien se enteró de la difícil vida que llevaba el pequeño, razón por la cual le propuso a la señora Gloria, que lo dejara vivir con él mientras conseguía estabilizarse económicamente.
La madre conmovida a punto de tomar la decisión más difícil de su vida, optó por dejar partir a su hijo para brindarle la estabilidad que tanto necesitaba él. A partir de este punto todo empezó a brillar para el pequeño que bajo el ala de del señor Walker encontró disciplina y un hogar en el cual sentirse cobijado.
LeBron empezó a obtener excelentes calificaciones, incluso logró enfocarse en el Baloncesto que era el deporte que le despertaba pasión y para el cual era un prodigio entre los demás.
Transcurrido un año, la madre que un día tuvo que ver cómo su hijo partía a otro hogar, logró recuperarlo tras encontrar un buen trabajo que le permitía pagar un buen apartamento, lleno de comodidades, el cual siempre mereció tener su hijo.
LeBron “El inicio de la leyenda”.
El pequeño luego de regresar con su mamá, se encontraba enfocado y retumbaba en cada cancha donde jugaba. Su talento le permitió entrar a la preparatoria Santa Maria donde logró llevar a su equipo a ganar el campeonato estatal siendo invictos y logrando una locura de estadísticas donde promedió por juego 25.2 puntos, 7.2 rebotes y 5.8 asistencias.
Gracias a esto logró convertirse en el jugador de preparatoria más famoso de la historia, marcas como Adidas y Nike ya se peleaban por él, ofreciendo contratos de hasta $25 millones de dólares, ya que era aclamado como el próximo “Michael Jordan”.
LeBron se llenó de expectativas inmensas y cargaba sobre él la enorme expectativa de ser “una leyenda” o un fracaso más. El joven “GOAT” decidió no ir a la universidad para optar por el camino de ser un jugador profesional de la NBA y fichó por el equipo de su ciudad los Cleveland Cavaliers, equipo que NUNCA había sido campeón en su historia.
La promesa de LeBron.

Su ciudad Cleveland llevaba 51 años sin obtener un título nacional en ningún tipo de campeonato y el jovén LeBron sin aún debutar hizo la promesa más arriesgada de su carrera, Juró ante un estadio colmado que llevaría a su equipo a las finales y se traería el título de la NBA.
Una vez empezado su rodaje en la liga el joven rompió en cada partido que jugó incluso en su primera temporada fue escogido como el novato del año, sin embargo, su equipo era “pésimo” razón por la cual cumplir su promesa se dificulta.
Ya en el 2007 con 4 años desde su debut LeBron llegaría por primera vez a la final de la NBA con un equipo lleno de garra y sediento de gloria. Lastimosamente aquí LeBron conoció por primera vez lo amarga que puede ser la derrota aún y cuando pones todo tu empeño para lograr tus sueños.
En el siguiente año volvió a llevar a su equipo a la final de la NBA esta vez como una estrella total, siendo el líder de anotaciones en el liga, todo apuntaba a que lograría el campeonato pero nuevamente falló, por segundo año consecutivo conoció la amarga derrota.
Años seguidos, en el 2009 y 2010 LeBron se consagró como el MVP de la liga, pero nada alcanzaba para lograr cumplir su promesa. Fue allí donde tomó otra dura decisión, decidió bajarse de los Cavaliers, faltando a su promesa para lograr consagrarse como el mejor jugador del mundo y conseguir su tan anhelado título de NBA.
LeBron rumbo a Miami Heat.

Entre abucheos, odio y desidia por parte de los aficionados de los Caveliaers, LeBron anunció mediante una transmisión de ESPN que su nuevo equipo sería los Miami Heats, dando punto y aparte a su carrera en Cleveland.
LeBron pasó de héroe a villano, pero todo lo hizo para poder potenciar su carrera y rodearse de estrellas. En su primer año llegó a la final, sin embargo, lastimosamente nuevamente perdió la final de la NBA cayendo sobre él una enorme avalancha de críticas donde lo tildaban como el “Eterno segundón”.
Sin embargo, Lebron no se rindió y luego de 3 campeonatos perdidos, llegó de nuevo a la final de la NBA, jugando mejor que nunca y se consagró como campeón, no solamente una vez, sino dos veces, rompiendo la amarga sequía que tenía su carrera.
A pesar del enorme júbilo que ya rodeaba la carrera de LeBron, él seguía teniendo una espina que lo mortificaba y era no haber logrado cumplir la promesa de sacar campeón al equipo que lo vió nacer.
El regreso a Cleveland del “Rey”.
LeBron regresó a casa como toda una leyenda y convertido en el mejor jugador del mundo y todos los aficionados que una vez quemaron su camiseta, rápidamente volvieron a amarlos.
Las expectativas eran altas, pero LeBron era grande y no les temía, en su primer año de regreso llevó a las Cavaliers a la tan soñada final de nuevo, todo apuntaba a que esta vez si lo lograría, pero lastimosamente en frente tenía a un potente equipo de Golden State Warriors, que nuevamente apagaría su grito de gloria.
“El Rey” tuvo que ver nuevamente como sus ansias de gloria eran silenciadas, sin embargo, él no se rindió y el próximo año en el 2016 volvió recargado, convertido en el mejor jugador de la temporada, clasificó a su equipo a los play-offs y llegó a la final, nuevamente ante rival del año pasado los Golden State Warriors.
Esta vez sería mucho más difícil conseguir el título, los Golden era más fuertes que la temporada pasada, incluso se impusieron en la serie 3-1 ante unos Cavaliers que parecían destruidos y prácticamente derrotados.
Sin embargo, LeBron no estaba dispuesto a aceptar la derrota y se dispuso a que sus próximos 3 partidos fueran los mejores de su carrera. Sabía que no sería tarea fácil y que cualquier error los dejaría nuevamente en la puerta del campeonato.

Pero como si de una historia de no creer se tratase, LeBron en efecto jugó los 3 mejor partidos de su carrera, promediando 41 puntos por partido, logró por primera vez, sacar a los Cleveland Cavaliers campeones de la NBA, cumpliando a la promesa que un día dió siendo un “Rookie”, pero esta vez ya como toda una leyenda.
LeBron demostró que todo lo que se proponía era capaz de lograrlo, incluso sus promesas más rotundas las pudo cumplir, el camino no fue fácil pero logró consagrarse como el mejor entre los mejores.
Luego de sacar por fin campeón al equipo que lo vió nacer, “El Rey” se marchó a los Angeles Lakers donde obtendría su cuarto anillo de la NBA, lo cual lo consagraría definitivamente como uno de los mejores jugadores de la historia del baloncesto.
A día de hoy está la enorme disputa de si es LeBron o Jordan, el “GOAT” definitivo, pero sin duda alguna de lo que hay certeza es que “El Rey” demostró que a pesar de lo duro o complicados que puedan llegar a ser los golpes de la vida nunca hay que rendirse.
LeBron es el claro ejemplo de que con perseverancia, garra y coraje podemos llegar a ser tan grandes como deseemos. Esta historia sin duda alguna nos invita a que nunca nos rindamos, a pesar de que hayan altibajos.
No nos debemos rendir; aunque si está bien sentirse derrotado y débil, pero no debemos permanecer allí, debemos poner todo nuestro empeño y luchar por nuestros sueños.